El Control Motor es la integración de las informaciones sensitivas (que llegan a nuestro
Sistema Nervioso Central procedentes de los receptores de músculos, tendones y
articulaciones) y motoras (la respuesta en forma de contracción) para realizar una
función lo más eficiente posible. Al realizar movimientos integrales, seguimos una
secuencia de activación:
1.Movimientos preparatorios que estabilizan el tronco mediante la contracción de
la musculatura profunda.
2.Movimientos agonsitas que realizan la acción
3.Movimientos antagonistas que frenan la acción de los agonistas al final del
movimiento
De todas las lumbalgias (dolor lumbar) se observa que sólo un 10% de los casos
presentan una patología primaria específica. En el resto de casos (90%) se producen
cambios en la función sin una lesión específica de base. En varias publicaciones
científicas se ha visto que en la mayoría de dolores lumbares hay un retraso en el
tiempo de activación de la musculatura profunda de las lumbares, que tiene función
estabilizadora. Hemos dicho que la secuencia del movimiento normal es, primero
activas musculatura estabilizadora (profunda), luego la agonista (la que ejecuta al
acción deseada) y en último momento los músculos antagonistas para frenar la acción
de los agonistas. Si el conjunto de la musculatura de columna lumbar y pelvis no
trabaja coordinadamente, esto con el tiempo va a producir dolor; la musculatura se
encontrará inhibida y débil, mientras que la superficial estará sobre-programada para
compensar la función que no realiza la musculatura profunda y formará contracturas y
puntos gatillo que provocarán dolor. En estos sujetos, se le realizarían primero
técnicas para normalizar la musculatura superficial (masaje, punción seca, técnicas de
inhibición muscular,…) y en segundo lugar habrá que aprender a activar la
musculatura profunda (especialmente el transverso abdominal) y reentrenar los
patrones de movimiento normales.
El transverso abdominal es el más profundo de los músculos abdominales y rodea
todo el perímetro interno del abdomen, formando una “faja abdominal” y es, por tanto,
el músculo más importante en la estabilización lumbar.